1 de febrero de 2010

Pero que miedo...!


Existen muchas cosas que nos asustan, desde cosas pequeñas como las hormigas, hasta las cosas más grandes y difíciles de entender como la muerte. ¿Cómo actuamos cuando estas se presentan?
Algunos gritan, otros corren, se alejan y esconden, otros prefieren callar y se quedan en blanco, otros lloran, etc.
Un amigo un día me dijo que debía enfrentar mis miedos, para que cada vez temiera menos. Y traté de hacerlo, no es nada fácil pararte frente aquello que te atemoriza para actuar como si la situación estuviese dominada favorablemente hacia ti. Incluso en un segundo todo puede cambiar, y la confianza sugestionada desaparecer para que el miedo vuelva a surgir. Ese día trate de dominarme y enfrentar mi temor, pero me di cuenta que no quería volver a hacerlo muy luego.
Soy de las personas que creen que muchos miedos son inventados, y otros son producto de malas experiencias que nos hacen creer que siempre se repetirá la misma situación, o el hecho de pensar que volverá una mala sensación, sentimiento o vivencia hará que nos sintamos podridos.
No soy nadie para juzgar los miedos de los demás, porque yo tengo también los mios, y dudo que alguien algún día me entienda completamente, aunque se ponga en mi lugar. Pero lo que sí creo es que hay q darse el espacio de minimizarlos, y de intentar vernos a nosotros como algo superior a ellos, para lograr dominarlos un poco.
No podemos vivir con miedos por siempre, debemos liberarnos de aquello que nos ata para lograr ser quienes somos, vivir libremente y no estar atados a condiciones autoimpuestas. La libertad es un bien hermoso y sin ella, dudo que exista la felicidad.

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