25 de octubre de 2009

Ponernos en Automático.


A veces me dejo llevar por los demás. No es ser una persona fácil, es sólo de repente dejar mi persona en automático y no tomar conciencia de cada cosa que hago, digo, o soy. Sobre todo cuando estás con tu grupo de amigos, o cercanos, compañeros, e incluso con tu pareja y familia. Todos vamos hacia un lado, conversamos, interactuamos, compartimos, y nos contagiamos.
Creo que hay una diferencia, con respecto a lo que somos, entre el momento en que conoces a alguien y después de un buen tiempo interactuando. Es cierto que las diferencias individuales son un factor importante, al igual que muchas otras cosas. Hay personas más cambiantes con otras, unas que absorben más cosas de su entorno que otras. Yo creo que lo importante no lo absorbo fácil, y lo más superficial sí.
Creo que dejar el automático es un peligro que atienta contra nosotros mismos. Una cosa es compartir ideas, palabras, aprender de los demás, crear un mundo en común, pero cuando empezamos a cambiar sin darnos cuenta del porqué de ello, ni de preguntarnos si nos gusta o estamos de acuerdo, debemos hacer un stop. Si tomamos conciencia de ello, y estamos de acuerdo con el camino en el que estamos transitando, o el que comenzaremos a cruzar, no hay problema, pero debemos llegar a ese cuestionamiento.
Cambiar y cambiar es bueno, pero hacerlo inconscientemente, nos puede llevar a un hoyo sin vuelta atrás, en el cual un día despertaremos sin reconocer a nadie, ni siquiera a nosotros mismos.
Sigo defendiendo con esto la idea del "parar y mirar". El tomar conciencia de lo que hacemos, de lo que nos rodea, de los estímulos externos que nos afectan (amores, pérdidas, alegrías, notas, comidas, deseos, etc.), por qué nos afectan, cuándo y cómo. Es una buena guía de supervivencia.

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