3 de octubre de 2009

Santa Extremidad


No es tu abrazo, no es tu beso, es mi brazo que algo recibe. Mi brazo recibe tu cuerpo, recibe tu abrazo. Santa extremidad que duerme en éxtasis.

Mi cuerpo viaja embriagado a kilómetros por segundo, quiere estallar. Quiere que esto dure por siempre. Y creo no poder ser más. Ahora puedo morir, me rozas.

Y cuando creo no poder recibir más, te siento despertar y acariciarme tiernamente el brazo, como agradeciéndole estar ahí. Y no sé a quién agradeces, a él o a mí. Pero esa tierna caricia me mata, y luego vuelves a acurrucarte en mí. Y yo quiero acomodarme en ti, quiero dormirme en tus brazos, vivir ahí.

Muero por ello, pero no quiero que lo sepas. Temo. Y con la indiferencia tomada como escudo, me vuelvo a dormir, esperando que este dormir dure el resto de mi existencia, y que el amanecer nunca llegue. Que nunca dejes de tocarme, aunque no sepas que me tocas.

1 comentario:

  1. Qué grata sorpresa es encontrarme con un posteo tuyo y llegar a tu blog.

    Estaré visitando por estos lados :)

    de tu escrito, me quedo con "Muero por ello, pero no quiero que lo sepas. Temo"

    no sé si algún día podré explciarlo, pero me identifica mucho ese verso.

    Saludos desde el fondo del pasillo a la zurda :D

    ResponderEliminar

Blogging tips