Y así fue este mes, nos fuimos a la playa, y no a cualquier playa sino que a mi favorita, Pichilemu. Escribí hace poco un post para Be Bloggera sobre por qué me gustaba tanto, lo pueden leer acá.
Espero no aburrirlos en este post, pero a continuación les haré un resumen de lo que fueron cerca de dos semanas, algunas picadas que no pueden dejar de visitar y por su puesto, imágenes de lo que vi. Espero que les guste...
Aunque me tocó una playa con algunos días feos, otros con un viento insoportable y otros con un clima espectacular, siento que pude disfrutar y descansar todo lo que necesitaba.
Foto por mi Cesc |
El mejor panorama siempre ha sido salir a caminar y mirar el paisaje, los bosques, la madera y el mar. Nada como andar a un ritmo lento, nada nos apuraba, todo era contemplable, incluso los autos retro que de vez en cuando pasaban por al lado de nosotros.
De repente hacía frío y bajar a la playa era asegurarse un congelamiento, entonces caminábamos y para nuestra sorpresa encontramos las mismas picadas de siempre e incluso nuevas tiendas y lugares para comer o disfrutar de un café (me encanta que cada vez hayan más lugares para tomarse uno).
Uno de los lugares que visité, y creo que nunca lo había hecho a conciencia, fue la antigua estación de tren. Quedan muy pocos rastros, unos pocos rieles, de cómo viajaba la gente hace unas décadas atrás. Cerca de ahí también se puede ver un pequeño lago con cisnes, no puedo creer que nunca lo haya visto antes.
Un día mi novio me invitó a comer y fuimos a una picada que tiene el con su familia, La Picá del Negro. Les ha ido tan bien que existen dos restaurantes de la misma cadena, ubicados uno frente al otro. Fuimos y aunque al principio costó que nos atendieran, preferimos cambiarnos de lugar, más cerca de la barra para que los garzones nos vieran y atendieran. De inmediato nos atendieron y debo decirlo que muy bien, hasta se ofrecieron a tomarnos fotos si es que queríamos. Ese día probé mi plato favorito de la playa... un rico pastel de jaiba. Debo decir que estaba más sabroso de lo que se ve y contundente, pero no de forma grotesca. Me encantó el lugar, es amplio y bonito y tienen muy buena carta. Lo recomiendo completamente.
Ese mismo día, aprovechando que estábamos en el centro, quisimos pasar a Cardumen Coffee (ya les había hablado antes de este local, para que recuerden hagan click acá). Por fin pudimos conocer su nuevo local, ya que como les ha ido tan bien se cambiaron a un lugar más amplio, ubicado casi al lado de donde estaban antes. Esta vez pedimos unos frappuccinos ya que el día estaba caluroso.
Mi novio pidió uno de menta chocolate y yo uno de avellana. Pedí ese ya que no tenían del que quería elegir (no recuerdo cuál era) y no me gustó, pero el de mi novio estaba sabroso.
Luego caminamos por la costanera juntos, nos mojamos las patitas y vimos parte de la puesta de sol.
Para la gente que nunca ha visitado esta playa, espero que se animen, y a quienes están aún allá o pronto irán, visiten las picadas que les doy y espero que lo disfruten.
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