Mi vida ya estaba saturada de gente falsa y molestosa, pero NO, no era suficiente. Esta entrada no es para analizar una vivencia, sino que para denunciar una piedra en el zapato. Y sí, puede que suene exagerado, pero los días no me dan para soportar una piedra, por más pequeña que sea. Y tal vez mañana me sienta mal por esto, pero hoy no me importa, sólo quiero sacarlo de mi garganta.

El tipo se esconde cuando pasa la gente y salta encima para asustarla, a lo Jackass. El otro día, ya sabiendo que algo iba a hacerme, hizo lo mismo y cuando saltó me gritó: ¡HOLA! en la cara, y yo enojadísima le grité ¡CHAO! como acto mecánico, y su amigo murió de la risa, porque no me asusté, ni salté de la sorpresa, sino que le seguí el tonto jueguito.
Me carga que me molesten, ahora entiendo porqué a una amiga no le gustan los mimos y les tiene miedo, no es para menos. Más encima éste no lo es, si no hace más que asustar, pedir dinero y hablar.
¿Qué hago? ¿Sigo enfrentándolo, lo denuncio o cambio de calle, aunque sea la misma cuadra en donde vivo? Difícil solución.
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