19 de marzo de 2011

El Mimo que habla.

Mi vida ya estaba saturada de gente falsa y molestosa, pero NO, no era suficiente. Esta entrada no es para analizar una vivencia, sino que para denunciar una piedra en el zapato. Y sí, puede que suene exagerado, pero los días no me dan para soportar una piedra, por más pequeña que sea. Y tal vez mañana me sienta mal por esto, pero hoy no me importa, sólo quiero sacarlo de mi garganta.
Hace días que cada vez que salgo de mi departamento y llego a determinada esquina (prefiero no nombrarla para que nadie pase malos ratos)hay un sujeto que intenta asustarme, pero no es cualquier persona, es un hombre que se pinta la cara de mimo e intenta hacerse pasar por tal, para que la gente le de dinero. Sé que esta razón debiera bastar, además que es indigente o algo así, para que lo ayude con alguna moneda y practique mi empatía, pero no puedo, no por lo que me hace vivir y sentir a diario.

El tipo se esconde cuando pasa la gente y salta encima para asustarla, a lo Jackass. El otro día, ya sabiendo que algo iba a hacerme, hizo lo mismo y cuando saltó me gritó: ¡HOLA! en la cara, y yo enojadísima le grité ¡CHAO! como acto mecánico, y su amigo murió de la risa, porque no me asusté, ni salté de la sorpresa, sino que le seguí el tonto jueguito.
Me carga que me molesten, ahora entiendo porqué a una amiga no le gustan los mimos y les tiene miedo, no es para menos. Más encima éste no lo es, si no hace más que asustar, pedir dinero y hablar.
¿Qué hago? ¿Sigo enfrentándolo, lo denuncio o cambio de calle, aunque sea la misma cuadra en donde vivo? Difícil solución.

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