En verdad soy una afortunada. El día viernes había ido a Santiago con mi familia, a revisar, ordenar y asear el departamento que arrendamos para que yo pueda estudiar en la universidad. Eran las 23:30 hrs. aproximadamente cuando me llama una amiga al celular, yo iba viajando a mi casa de Rancagua, y me dice que ella y las demás saldrían al pub que siempre vamos, para que yo fuera también. Le dije que cuando llegara a mi casa la llamaría para avisarle qué haría. Llegué a Rancagua como a las 12 de la noche y empecé a cuestionarme si salir o no. Tenía algo de ganas de salir, pero no contaba con automovilización de mi papá, porque estaba cansado, y era muy tarde para irme caminando sola. Entonces le pregunté a mi hermana si quería ir conmigo a tomarnos una cerveza al centro de Rancagua. Me dijo que si encontraba un chaleco negro íbamos, pero no lo encontró. Entonces me quedé en casa escuchando música y haciendo cualquier otra cosa.
Estaba por quedarme dormida cuando empieza a temblar, esperé en la cama para ver si terminaba luego, pero no terminaba, y empezaba a aumentar la intensidad. Recuerdo que sólo pensé en sacarme los calcetines con los que estaba durmiendo y en ponerme unos zapatos y salir corriendo. Mi hermano desde el primer piso gritaba ¡Bájen, bájen! mientras corriamos por las escaleras.
Salimos de la casa, para prevenir cualquier accidente y el suelo bailaba bajo nosotros. Había que caminar afirmandose de las paredes para no perder el equilibrio y caer. Una vez todos afuera, nos agarramos de las manos, para poder afirmarnos, y veiamos como la luz de la calle se prendía y apagaba, hasta que se cortó y la calle quedó a oscuras. Seguía temblando y mi madre gritaba el nombre de mi hermana que no estaba con nosotros, ya que estaba de vacaciones en Pichilemu.
Sólo pensaba en calmar a mi mamá, en mantener a mi familia unida, y en estar alerta a algún derrumbe o a la caída de un poste de luz o árbol. Mi reacción ante el terremoto fue tranquila y eficiente, creo. Fue horas después cuando empecé a darme cuenta de lo que había vivido y a preocuparme por vivir, y me estremecí por dentro, quería llorar, tenía miedo, pero me di cuenta en que no debía invadirme por esos pensamientos, ya que había que ser fuerte y prestar atención a otras cosas.
A pesar del miedo, de todas las indeseadas réplicas que hubo, y que todavía nos esperan, a pesar de la imágen que tendré el resto de mi vida, de haber visto a la ciudad, a la calle, a mi casa bailando, los árboles columpiándose, los cables moviéndose y enredándose, debo dar gracias porque por lo menos, lo que tuve que vivir fue un simple remezón, un miedo, pero sólo eso. Mi familia está bien, mis amigos, aunque salieron igual y enfrentaron el terremoto en un pub, llegaron sanos y salvos a sus casas, mi hogar se mantuvo en pie, sólo perdimos unos vasos, adornos frágiles que cayeron, pero eso es nada.
La experiencia fue terrible, inolvidable, una prueba de superviviencia, pero soy una afortunada. Hoy, casi 48 horas despues, puedo decir que mi vida ha vuelto a la normalidad, tengo todo lo que necesito, mi ciudad aunque no está intacta, está funcionando.
Creo que es hora de dar la mano a quienes no tuvieron la misma suerte, rezar por aquellos que aun no aparecen, por aquellos que están atrapados en escombros y que aún no han podido sacar, rezar por mis conocidos que aún no dan señales de vida, por que todo mejore, y la Tierra se calme.
Espero también que la gente tenga calma, que no se transforme en una masa de cavernícolas, que no saquen lo peor de sí. Está bien, somos animales, somos mamíferos, pero tenemos razón, y es aquella la que debemos usar hoy, para buscar estrategias, para planificar la ayuda, para poder salir adelante, como personas.
Fotos sacadas de los sitios:
http://www.juventudrebelde.cu
http://www.elmorrocotudo.cl (fotos publicadas en el Facebook de Josefa Santander)
http://www.elrancaguino.cl
http://rancaguon.blogspot.com
http://www.elmorrocotudo.cl (fotos publicadas en el Facebook de Josefa Santander)
http://www.elrancaguino.cl
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caramba si fue una prueba de supervivencia... Fue notable prueba de supervivencia... De la que zafamos varios...
ResponderEliminarLo importante es saber que igual que ésta, se vienen muchas otras. Así es Chile...
Cuídate mucho. Mucha suerte...
y ha sido un gusto pasar por aquí :)