26 de diciembre de 2012

Be Bloggera: Somos cómplices las dos.


Siempre que tocan Prófugos, de Soda Stereo, salto de donde esté y recuerdo a una de mis mejores amigas. Es técnicamente nuestra canción, la de una amistad cómplice.

Este tipo de amistad guarda confidencialidades que nadie sabe, ni el resto de tus mejores-mejores amigos. Si bien es cierto que uno cuenta todo a sus amistades más cercanas, caso que aún es peor en las mujeres, ya que literalmente soltamos todo, hay temas que no se pueden tocar siempre. ¿Por qué? Porque es probable que ya el círculo esté aburrido de que vuelvas a tocar el tema, o porque ya te han dicho lo que tienes que hacer, y no lo has hecho, por no estar convencida de si es lo correcto, o porque simplemente no puedes tocar el tema con los demás.


 Y ahí aparece la amistad cómplice. Tan sólo un tema hace que se genere un lazo más fuerte dentro de un grupo más grande. Ese tema prohibido lo puedes hablar sin ningún problema con tu amiga/o cómplice, y como dice la canción… nadie lo sabrá. Para ello es necesario que haya una cierta confianza, porque si no la hay ¿de qué serviría hablar cosas muy privadas con esta persona? La verdad es que el lazo es recíproco, y así como uno cuenta temas complicados e innombrables en público, el cómplice también te contará cosas que te harán cómplice.
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