Últimamente me he puesto a pensar demasiado en relaciones no amorosas y en lo que sucede cuando alguien hiere al otro, cuando hay peleas, conductas desubicadas, dañinas, infidelidades, etc. ¿Qué pasa cuando en una relación simétrica, en la que das y recibes lo mismo, de repente todo cambia y sientes que no conoces al otro, o que las cosas no son las mismas? ¿Qué hacer cuando el otro te hace daño, y éste no es un desconocido, sino que alguien muy cercano y querido?
Sé que a veces las cosas no salen como uno quiere, o no reaccionamos como lo esperamos. Muchas veces estamos llenos de teorías de comportamiento que nunca podemos poner en práctica, y cuando la oportunidad llega, olvidamos que existían.
Es verdad, somos egocéntricos. Pero dicen que “la libertad de uno termina donde comienza la del otro”. Y cuando estamos embobados en nosotros, es difícil ver qué sucede con el resto de la gente, lo que nos puede llevar a una grave “metidas de patas” o a tomar pésimas decisiones que nos perseguirán el resto de nuestras vidas.
Aunque muchas veces he sido víctima de egocentrismos ajenos, me es difícil ver la situación desde el otro lado. Obviamente es difícil cuando la conducta u ofensa fue grave y evitable, y es ahí que criticas y dices que nunca harías algo así a quien quieres. ¿Y qué pasa si un día lo haces? No hablo de hacerlo con determinación, sino que de caer en la trampa de no pensar, tal como lo hizo la otra persona en su momento.
Pueden herirte, zamarrearte el mundo, hacer bandos de tus amistades, refregarte cosas, apuñalarte por la espalda, o incluso de frente, y después de pasar por un duelo, alejarte, sufrir, reponerte, extrañar, y otras cosas más del proceso, piensas ¿Qué pasaría si yo hubiese hecho eso? ¿Podría perdonarme? ¿Podrían perdonarme? Lo único que podría pensar es que moriría si luego de hacer un daño no intencionado, lo perdiese todo.
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