7 de julio de 2011

En paro FOREVER.

Es imposible estar ajeno a lo que acontece actualmente. Técnicamente cada semana hay marcha por la educación, y de ellas he participado en ninguna. ¿No quiero participar? ¿No me interesa ser agente de cambio? ¿El pago de mi educación está cubierto al 100 por ciento? NO.

Creo que es totalmente válido lo que los estudiantes universitarios están haciendo (me margino de opinar sobre lo que se está haciendo en términos de colegio), creo que es novedoso y me siento orgullosa cada vez que veo compañeros buscando los métodos más pacíficos y creativos de manifestarse para hacerse escuchar de una manera. Al mismo tiempo repudio cada intento de vandalismo, delincuencia y anarquía que trae consigo una marcha, por más buenas intenciones que tenga, pero al mismo tiempo sé que esto no viene desde la marcha, sino que desde fuera, ya que los tipos que cometen estos actos aprovecharán cualquier oportunidad de movimiento masivo para camuflarse y actuar, pero esto no es el tema.

Orgullosa estoy de ver cómo los estudiantes han intentado hacerse escuchar, a través de la unión, del discurso, del intercambio de ideas, etc. Y espero que sea así. Pero si hablamos de paro, ¿qué trae consigo el paro? Si bien es una forma de manifestación, al mismo tiempo aporta en alimentar el mismo problema que se quiere abandonar. Decimos “queremos cambios, queremos mejor educación, mayor acceso a ella” y ¿qué hacemos al mismo tiempo? No estudiar, no asistir a clases y paralizar la educación… bloquearla. Es casi paradójico.  


 Es por este motivo que entiendo a muchos estudiantes que no se han adherido a las marchas y a los paro, y no por no querer ser partícipes de los cambios, sino porque ¿cuál es el sentido de poner en juego la educación que apenas estás costeando? Es simple, hay estudiantes que deben elegir entre estudiar y rendir académicamente, ya que tanto les ha costado llegar donde están intelectual o económicamente, o dejar todo eso botado, poniéndolo en juego, para conseguir algo mejor. Lo malo de esto es que se puede perder todo, y quedarse sin pan ni pedazo. Yo quiero adherirme a este grupo, ya que si bien me hubiese gustado estar presente en dar apoyo a la movilización, no podía dejar de lado los exámenes y con ello poner en juego la aprobación de todos mis ramos, ni el crédito que estoy tomando para acceder a una carrera universitaria.




Hay quienes se salen del sistema educativo, para defender sus intereses y los de sus compañeros de carrera que no pueden hacer lo mismo, por lo anteriormente mencionado. Totalmente válido, pero hay que ver cuánto damos a cambio de una posible negociación o replanteamiento cuyos frutos cuestiono si veremos. Ojala hubiese una opción en la que no dejemos de lado las clases, las pruebas, el ritmo académico por esta urgencia de modificaciones, ya que sería contradictorio renuncias o dejar de lado una educación para reclamarla al mismo tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogging tips